miércoles, 22 de junio de 2011

Literatura Clasica

Ahora bien, ¿ es posible estudiar la relación entre la tradición clásica grecolatina y la literatura latinoamericana, entre dicha tradición y las literaturas nacionales, en este caso la venezolana y colombiana, en las primera mitad del siglo XIX, sin prestar atención al contexto histórico en que tales relaciones se dieron ? Constatar la presencia, en muchos casos abrumadora, de diversos elementos de la tradición clásica grecolatina en nuestras literaturas (mitos, temas, motivos), especialmente en el período señalado, no resulta tarea para nada dificultosa. Aunque muchas veces de modo superficial, desde la enseñanza escolar, es más o menos conocida la reiterada presencia de dioses, ninfas, héroes, etc., predominantemente en su formulación latina, en la obra de poetas, dramaturgos, ensayistas, pero no es igualmente conocido el por qué de esa recurrente y abundante presencia ni, especialmente, de su función, del para qué de esa al parecer incontenible tendencia. Es decir, si se acudía a esa tradición para, a través de un proceso transformador, dar origen a otras obras, o bien se trataba de una referencia puntual y de tipo ornamental. Es necesario, entonces, analizar sin pretensiones de exhaustividad el estado de la cultura latinoamericana en el período 1800-1850, en general, sin ignorar algunos rasgos más o menos privativos de Venezuela y Colombia, que no son muchos ni demasiado diferenciadores.
Los cinco primeros decenios del siglo XIX de la historia latinoamericana ejercen la irresistible atracción de los comienzos, ya que es el momento de la formación y constitución de las nacionalidades, problema que, con todo lo que ello implica, aún reclama explicaciones más amplias y satisfactorias. Desde el campo literario, el fenómeno ha sido analizado según diversas perspectivas, aunque es frecuente la puesta en práctica de una metodología que parece concentrarse en una serie de oposiciones dicotómicas (culto o letrado/popular; campo/ciudad, por ejemplo), sin dejar por eso de sopesar la importancia de otros factores (prensa, público lector, etc.). La perspectiva que propone este IX Coloquio no ha sido puesta en práctica con la frecuencia y sistematicidad necesarias y no se cuenta en este ámbito sino con algunos aportes monográficos parciales, lo cual no supone subestimación ninguna de los mismos; al fin y al cabo, los esfuerzos globalizadores en el estudio de la literatura latinoamericana del siglo XIX (y no sólo de ella, por supuesto) están fuera del alcance de investigadores aislados y debería pensarse, como lo proponía Angel Rama hace tiempo al referirse a los estudios de la literatura comparada, en un texto general abarcador de la totalidad, constituído por aportes individuales que los propios lectores leerían como un todo